30 julio, 2015

Daddy Yankee, la gasolina del baile


El artista portorriqueño, figura crucial en la historia del reggaetón, llega dispuesto a desencadenar un perreo masivo en Bilbao.

Daddy Yankee es el rey del reggaetón. Uno escribe esta frase y casi es capaz de oír cómo un montón de lectores se dan a la fuga en loca avalancha, espantados ante la mención de ese estilo que polariza al mundo: para muchos, el reggaetón constituye la mayor abominación de nuestro tiempo, un soniquete monótono que se ha llevado por delante la variedad de la música comercial de antaño. Pues bien, esas personas harían bien en no acercarse a Santana 27 este jueves, no vaya a ser que en un descuido se vean arrastradas a un contagioso perreo, ese baile que no entiende de objeciones racionales.
A lo que íbamos. Fue el mismísimo 'The New York Times', en un monumental artículo publicado hace nueve años, el que coronó a Daddy Yankee como rey del reggaetón, aunque esto de las monarquías musicales siempre es un asunto que se presta a discusiones eternas. La revista 'Billboard', en cambio, ha optado por designar a nuestro protagonista como 'el mesías del reggaetón', que tampoco está nada mal. Y los organizadores del concierto bilbaíno se refieren a él como "un superhéroe humilde de la música". Más allá de hipérboles y de eslóganes, lo que nadie puede negar es que Daddy Yankee es una de las figuras cruciales del reggaetón y, por extensión, de la música latina de los últimos veinticinco años. Uno lo ve en las fotos, con esa envidiable pinta de jovenzuelo, y se ve obligado a contrastar los datos por si acaso está metiendo la pata, pero no: efectivamente, Daddy Yankee cumplió en febrero los 38, pero sucede que grabó sus primeras canciones en 1990, cuando era un mozalbete de 13 años de la barriada de Villa Kennedy, en el distrito de Santurce de la capital portorriqueña.
Ramón Luis Ayala, que así se llama en realidad, se repartía entonces entre dos aficiones, el béisbol y la música, y parece que ambas cosas se le daban muy bien. A Ramón le entusiasmaban el dancehall jamaicano y el hip hop estadounidense –un primo afincado en Nueva York le proporcionaba material de Rakim, Public Enemy o KRS One–, así que con 11 años empezó a improvisar rimas sobre las bases de un amigo DJ. Era un momento muy estimulante en las escenas urbanas de Puerto Rico y Panamá, porque se estaba produciendo el nacimiento de un nuevo género, y Ramón se encontraba en el epicentro de aquel seísmo rítmico: se alió con DJ Playero, uno de los pioneros del género, se rebautizó como Daddy Yankee y ya aparecía en varios temas del mítico 'Playero 37' de 1992, una de las 'mixtapes' fundacionales del reggaetón. La carrera deportiva de Daddy Yankee, por cierto, quedó truncada cuando tenía 16 años, poco después de hacer las pruebas para los Seattle Mariners: salía del estudio de Playero cuando le dieron un tiro en el muslo derecho. Todavía lleva ahí la bala.
Una canción inocente
Aquel reggaetón de los inicios sonaba mucho más crudo y salvaje que las canciones, a menudo almibaradas, que triunfan hoy en día: era sexista, era violento y, a nuestros oídos de este lado del Atlántico, también solía resultar líricamente incomprensible. Daddy Yankee es, precisamente, el principal responsable del asombroso éxito transversal y global del estilo. Ya había dado un primer aviso en 2002, con 'Latigazo', que sonó mucho en ciudades estadounidenses como Miami y Nueva York, pero fue en 2004 cuando soltó la bomba: 'Gasolina', ese estribillo que hasta los 'haters' del primer párrafo, si se hubiesen quedado por aquí, serían capaces de cantar. "A ella le gusta la gasolina / Dame más gasolina", repetían Daddy Yankee y la vocalista Glory, entregados a un frenesí altamente inflamable. El artista sigue manteniendo, a estas alturas, que la letra va sobre las chicas a las que les gusta ir por ahí en buenos coches: "Es completamente literal, es una de las canciones más inocentes que he escrito nunca", aseguró en 'Billboard'.
Gracias a aquella 'Gasolina', Daddy Yankee empezó a vender millones de copias y pudo acceder a esa vida de videoclip que tanto agrada a los artistas del hip hop y el reggaetón, con los cochazos, los colgantes de diamantes con sus iniciales y los contratos publicitarios para marcas como Reebok o Pepsi. Dicen quienes llevan las cuentas de estas cosas que, a lo largo de su carrera, ha vendido más de dieciocho millones de álbumes (su sencillo más reciente, 'Sígueme y te sigo', se ha convertido en un nuevo éxito), además de colaborar con ilustres colegas como Enrique Iglesias, Busta Rhymes, Nelly Furtado, Nas, Dr Dre, Ricky Martin, 50 Cent o incluso el considerado tantas veces su archirrival, Don Omar. Ahí donde lo ven, con esa cara de chaval y provocando perreos por el mundo, el veterano Daddy Yankee está mentalizándose para que cualquier día le lleguen los nietos. Casado desde los 17 años, tiene ya una hija de esa edad: "¡Seré un abuelito joven!", se resignaba el mes pasado en una entrevista con Ciudad.com.

Fuente: El Correo

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